jueves, 9 de mayo de 2013

La vida es un puñado de papeles de colores.


Nacemos, crecemos, perdemos la inocencia y morimos.
Soñé con un mundo en el que la gente disfrutaba del papel y el caos que puede contener, incluso vivían y morían por él. Esos pequeños papeles contenían la mejor de las novelas, la más bella poesía e incluso un pedazo del sentido de nuestra vida. La gente dedicaba los buenos días, incluso las buenas tardes y, los más afortunados, las buenas noches, para conseguir acumular más y más pedazos impregnados de letras. Cuando lo tenían en sus manos, incluso en sus bolsillos, reían con él, lo celebraban e incluso lo canjeaban para el deleite de sus cinco sentidos. Pero cuando ya no quedaba; lágrimas. El hueco que dejaba en sus vidas se llenaba de plegarias, de gritos, de sufrimiento. Todo perdía el sentido.

Un día soñé con un mundo en el que la gente disfrutaba del dinero. Y qué desgracia.

3 comentarios:

  1. Acabo de caer rendida a cada palabra que escribes..

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    1. Muchas gracias, Laura. En twitter escribo más tonterías del estilo, siempre y cuando tenga tiempo, claro está.

      Un saludo y un beso.

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